Monday, March 17, 2008

Pues nada...




...el primer asalto, al garete. Efectivamente, vengo de cargarme lo que es (uy, perdón, Madame: lo que viene siendo) el examen de conducir. Y ya que, como dice el dicho, una vez el mal está hecho es mejor dedicarse a oler las flores -o algo asín-, y para darle un poco de color a esta mañana gris y disgustante (¿existe eso?) voy a poner la foto de unas susodichas...


Buen día, al menos, para Vds.


Thursday, March 13, 2008

Cerrado por conducción



Perdonen que no me pase por aquí últimamente. El lunes hago el examen de conducir (el primero de muchos, témome) y estoy tenso, alterable, irascible e intratable. Estos días no hay perro que me ladre, ni nada en lo que me pueda centrar. Pa empezar porque no estoy capacitao ni para lavar un coche, pa seguir porque mi profe es asaz capullo y me echa unas broncas de las que se echan a los críos de 5 a 7 años. Cosa que me ofende más que me ayuda.


Pero es un momento por el que desgraciadamente debe
pasar toda persona humana, así que no me quedan más narices que morderme el labio y aguantar hasta que pase toda esta movida. Algún día me lo darán, supongo. El problema no es cuándo. El problema es cuánto.

No estoy pa nadie. Argh.

Edición posterior: como pueden ver, no soy capaz ni de escribir un post normal, aparecen las letras y el formato que le da por ahí a Blogger en cada momento. Maravilloso. Espero que sabrán absolverme.

Tuesday, March 04, 2008

¡Por fin, lunes!



Estoy convencido, vivo al revés. Mi reloj gira hacia la izquierda, los años me se empiezan en diciembre y me se terminan en enero... y los lunes, al fin, descanso.


Y es que los fines de semana son de tal intensidad física y mental que acabo destrozao del todo. Y nada de irse por ahí de parranda, eso prohibido, que ya no soy un chaval, y "doblete" no está ya en mi léxico. El sábado, a las 6 arriba y pal monte, y además de solanas porque mi compañero de forro polar y botas estaba en la camita con gripe. Volver, con la cara color centollo (siempre me dejo la crema del sol), ducha y zumbando hasta el bar donde tocamos de noche, a probar sonido y pelearse con el impresentable del encargado, que no solo quería pagarnos menos sino que pretendía cobrarnos el agua del escenario. Ni que fuésemos una caravana camellos, coño. Así que cenar algo veloz, tocar, recoger, y ahí sí, una cervecita y los comentarios jocosos alusivos al show, que siempre son legión. ¡Y pa la cama! Porque a la mañana siguiente toca viajecito, a ensayar con el grupo de teatro (cómo presta llamarlo así, ¿eh, Norma?), a realizar una ardiente apología de la fornicación gritando bajo el proscenio. Vuelta a casa, y comer a las tantas. El resto del domingo, kaput. Quizá después de cenar puedo permitirme la segunda cerveza, y de nuevo a la cama.


Y el lunes, paz, tranquilidad y Tocata y fuga de cataplines en Mi m, Op. 7). Como suena, los viernes hasta me estreso pensando en lo que me espera (vale, son todo cosas chulas, pero uno cánsase, agótase, ¿compréndenlo?). Y es el lunes cuando veo la luz, y la almohada de cerca.


Besos, y feliz semana.