Thursday, September 25, 2008

- Se llaman Delagua.




-¿Desagua?

- Noooooo, Delagua, d-e-l-a-g-u-a. Delagua.

- Está bien, Delagua - la bruja se quitó las gafas, las posó en la mesa y se frotó los ojos-. Pues mira, chico, el caso es que nunca me han pedido algo parecido, así que no puedo asegurarte nada. El ejercicio de la magia es algo muy serio, y las artes místicas no deberían implicarse en asuntos tan... frívolos como ganar un concurso. ¿Comprendes lo que quiero decir?

- Sí, señora, me hago cargo, pero no se trata de ganar un concurso. Se trata de ESE concurso. Es librarse de un estigma, quitarse 10 años de plomo de la espalda, hacer que desaparezca ese grano en el culo. No es una cuestión de gloria, ni de dinero. Es una cuestión de salud mental, ya.


La bruja se quedó mirándome, viendo a través de mí, pensativa. Luego siguió:


- Sé lo que quieres decir, pero mi ética me impide hacer ese tipo de rituales. Tienes que entender que, aunque no sea lo que tú pretendes, la solución pasa por ganar un concurso. Ahí no puedo interferir, y menos cuando hay un premio en juego. Existen unos principios en el arte de la magia que no se pueden romper de buenas a primeras.


Me estaba jodiendo ya la bruja de las pelotas. Recordé entonces Cuba, donde aprendí del erudito y del canalla, del religioso y del ateo, de hombres y mujeres, grandes y pequeños, que para arreglar todo desacuerdo existe un idioma universal:


-¿Cuánto? - la bruja me miró y levantó una ceja-.

-¿Cuánto qué?

- Me refiero a sus honorarios... el dinero no es problema.


La muy perra mala se hizo la ofendida, me dijo no se cuántas memeces más acerca de sus principios y de la ética de la magia bla bla bla. Pero daba golpecitos en la mesa, nerviosa. Casi excitada (ag). Estaba cayendo. Dios, el olor del dinero debe de ser muy fuerte para quien lo detecta. Así que seguí dándole caña:


- Tiene que ser algo que funcione con seguridad, y estoy dispuesto a pagar por ello lo que sea necesario - saqué un talonario y lo puse en la mesa. La muy asquerosa lo miraba de reojo, con lascivia.

- ...

- Es más, incluso estoy seguro de que Vd. misma puede escribir la cantidad que crea razonable por el trabajo - puse un dedo encima del talonario y lo deslicé lentamente sobre la mesa, hasta ponerselo en los morros.

- ... puedo intentar un... hechizo de... buena suerte, pero... es un ritual que precisa un material... raro... quizá sea un poco caro...

- Vd. escriba la cantidad que necesite y no se hable más. Insisto en que el dinero no es problema.


El bolígrafo voló sobre el talonario, dibujando el 5.000€ más rápido que haya visto nunca. 5.000€, qué bruja. Mantuve la sonrisa mientras me levantaba y me despedía educadamente. Cerré la puerta y respiré hondo. El dinero no era problema, claro. Cómo puede dar problemas algo que no existe. Esa cuenta tenía menos dinero que las ratas. Es más, seguro que había más ratas que dinero. 5.000€. Mírala. No te jode. Claro, ella tenía que realizar el ritual esa noche, y el concurso era al día siguiente. Al ser fiesta, tendría que ir al banco el martes para enterarse de que no iba a ver un duro. Tarde. Game Over. Oooh has perdido. Todo iba bien, ahora tocaba esperar. No me fiaba mucho de la magia, pero había que probarlo todo con tal de ganar ese puto concurso.


Al bajar por la escalera me crucé con un tipo gordo, calvorota y bigotudo, con una camiseta de la Caja Rural, que venía sudando. Raro, era tarde y hacía fresco ya. Respondió a mi "Hola, buenas" con un gruñido y siguió subiendo pesadamente la escalera.


Y al día siguiente, lo que todo el mundo vio. Final del concurso, pim pam pum, ganadores: Delagua. Agua fresca tras años de sed. "Coooooño con la bruja", pensé, "al final todavía fue a hacer algo útil". Y nos fuimos a celebrarlo por ahí. Entré en una cafetería a comprar tabaco, y mientras esperaba el cambio en la barra, me quedé mirando la televisión. El informativo informaba de lo de siempre: desgracias y asesinatos, como el de un accidente de moto en Castellón, el incendio de la panadería en un pueblo de Pontevedra, la mujer de Oviedo que murió a manos de su marid... ?!! Hostia. Esa cara es conocida. Ese tipo. El calvorota bigotudo que me crucé en la escalera el día anterior, que subía a... hostia hostia hostia. Sudando. No sería... -el camarero llevaba un rato intentando darme el cambio, ni me enteré de que estaba ahí-. Cuando dijeron el nombre de la mujer, me dio un mareo y tuve que sentarme en un taburete. El calvo se había cargado a su mujer -la bruja- de dos tiros y después se había excluido del padrón con otro tiro en la campanilla, todo eso diez minutos después de que saliera yo de la consulta. Entonces, ¿cómo es posible que Delagua...?


Claro, qué imbécil había sido. No tiene sentido darle a alguien algo que ya tiene. Y a Delagua, la magia le sobra.


Compré mi tabaco y volví con la gente, a celebrarlo.


FIN


P.D.: Enhorabuena chavales, es un triunfo para todos los que formamos parte del espíritu del Refu. ¡Ole!


5 comments:

Twisted angel said...

Y yo me perdí el momento del veredicto... Puto estómago... Pero bueno, era algo que yo sabía que iba a pasar... Y no, la bruja no era yo, mis sueños precognitivos sólo se cumplen en determinados casos como éste. Cuando hay materia prima de sobra para que la magia haga su trabajo. Y se cumpla la voluntad de la Diosa Fortuna.

Cecil said...

Claro, tú vas a lo fácil ;)

Anonymous said...

Grande! Eres muy grande!

Anonymous said...

¡Qué bueno Cecil!!!
El momento del veredicto fue uno de los más emocionantes de mi vida, al menos en los últimos años. Los dedos cruzados y los ojos cerrados y de repente ahí estaba "Delagua ganadores del concurso...". Buffff.
"A Delagua, la magia le sobra"... cuánta razón tienes.
Un besin
P.d.: Twisted ¿Tas mejorina?

A corderetas con mi alma: "Corde" said...

¡Felicidades! No por lo de la Bruja, pobreta, que no llegó ni a darse cuenta de que usted estaba más pelao que mi cartera (es que me grita si volverá a tener billetes y no le contesto).
Supongo que la gente que es buena lo es y punto. No necesitan ganar ningún concurso para seguir siendo buenos y bla, bla, bla... ¡Y una leche! Que ganando se avanza seguro.
Bss