Monday, September 25, 2006

La mala estrella


Me he mirado y remirado buscándolo, me he retorcido ante los espejos para que ninguna pequeña porción de mi cuerpo estuviera libre de mi mirada inquisidora; he examinado concienzudamente cada poro, cada pliegue de la piel, cada lunar de los brazos, por si era muy pequeño; he intentado verlo en las plantas de los pies y me he hecho fotos de la nuca. Todo inútil. Aún no he encontrado el signo de Caín, que, sin ninguna duda, me ha puesto Dios en alguna parte.

Y a pesar de haberme erigido durante años en adalid de la mala suerte, aún queda gente a la que no le importa, a la que incluso le gusta, tenerme cerca. Gracias, Carmelo, Marta. Gran fin de semana, como siempre. Pero es fácil caer y esperar a que alguien nos coja la mano para levantarnos. Yo no funciono así. No puedo ofrecer mi mano cuando estoy en el suelo porque necesito las dos para incorporarme.

Aquí y ahora, en el lugar idóneo: el más lejano al motor de la razón. Porque efectivamente, a veces hay que darle unas patadas a la vida para que no se nos eche encima.

La gripe fue una falsa alarma, aún así no estuve ayer aquí para ver a Jacobo. Por cierto, Norma, ¿sabes si será él el encargado de los talleres de improvisación invernal en Gijón? Así disiparía mi dilema piano/guitarra...

Besos a todos y mucha suerte con vuestra estrella.

Friday, September 22, 2006

Vuelve...a casa vuelve...


El primer virus se descubrió en 1892. Bien, pues, uno de esos pequeños cabroncetes de ARN monocatenario del grupo III, se ha instalado, 114 años después, en los apartamentos de mi sistema inmunológico, y sin pagarme el alquiler por adelantado. Es decir, que estoy incubando una gripe de caballo, ya estoy yo... bueno, ya sabeis cómo se pone uno en los preámbulos de la gripe, tosiendo y que está así como tontón...

Así que mañana no habrá fiestas (felicidades, Borja, no podré ir a tu fiesta...), espero estar el domingo en condiciones al menos para arrastrarme hasta el Barucu a ver tocar al combo Ton/Jacobo... aaaAAATCHÚSSS!!!!! ...que siempre merece la pena. Eso sí, con mascarilla o algo para no enfermar al personal.

Besos (a distancia)

Wednesday, September 20, 2006

La amenaza fantasma


"Extremecedor". Así define una banda de aficionados a las Ciencias Ocultas, un presunto grito fantasmal recogido en unas grabaciones psicofónicas realizadas en la vieja casa cuartel de la Benemérita en las afueras de Gijón... "extremecedor". Esta misma gente salió el otro día en el programa del inefable Iker Jiménez comentando la jugada, que aparece explicada con gran detalle en la página web del colectivo. Y es que la página, en lo que a expresión se refiere, no tiene desperdicio. O mejor, no tiene más que desperdicio.

No deja de resultarme simpática la autodenominación de "investigadores", "parapsicólogos", "expertos en ocultismo", e incluso "delegados", de la que hacen gala no solo ellos, si no tanta gente que no ha agarrado un libro en su vida y no saben hacer la o con un canuto. Espero que su expresión oral sea más correcta, de otra manera las psicofonías no revelarían más que espíritus descojonándose. Me da igual a qué se dedique la gente, incluso este rollo tiene su interés. Pero coño, aprendamos a utilizar el lenguaje, que es básico. Y si no sabemos, no intentemos complicarlo para que quede altisonante, por dios (eso me revienta sobremanera). Sobre todo si queremos llamarnos "investigadores". Pero que vayan a descubrirnos los misterios del más allá unos pollos que solo iban a clase a jugar al ahorcado (¿harían psicofonías en la libreta después?) y mirar el cuerpazo paranormal de la típica reina de las aulas... qué quieres, me ofende.

La conclusión de la investigación es que en la casa cuartel había fantasmas. Mientras estuvieron ellos dentro, yo podría asegurar que sí los había. Unos cuantos, con grabadoras y bolígrafos. uuUUUuuh. Extremecedor, n'est pas?

Monday, September 18, 2006

Volvemos a Kansas


señoras, señores, niños y tortugas con ruedas...

¡Cecil vuelve!

No daré largas, ni mi ordenador estaba en la sala de reparaciones ni he tenido movidas con el servidor. Más bien, servidor ha tenido movidas: he cazado ponys de color lavanda (como bien dice Yuyuya) en mundos virtuales, he viajado por recónditos parajes de la región llevando la maldición del heavy-rock a las pobres e inocentes ánimas perdidas de los beatos aldeanos, he estudiado la historia de la música desde el primer estornudo gregoriano hasta los últimos coñazos serialistas de Stockhausen (¿todo es un ciclo que vuelve eternamente al coñazo?), he luchado en una guerra a muerte (bueno, una guerrilla. A muertecilla) por montes perdidos, recibiendo un disparo a bocajarro en el CULO, que no sabéis lo que llega a doler, en el nalgamen y en el orgullo. Todo ello con pan, vino y postre incluido. Y ahora, regocijaos, almas compungidas, porque he vuelto. Ey, no tireis piedras, coño!!

Dado que el próximo año puede significar el fin de una etapa académica importante, decidí que no debía abstraerme más de la cuenta hasta el jueves pasado, que hice el último examen y me entregué de seguido a una orgía de actividades varias y siestas épicas. Pero ya era hora de volver a casa, ya tenía ampollas en los pies de la mente de tanto caminar sin compartir tribulaciones, además me he llevado una sorpresa: ¡me echais de menos! ¡Carámbanos! Bueno, supongo que el límite entre echar de menos y mandar a la mierda es una línea difusa y frágil... Andaré con ojo la próxima vez. Prometido.

¡Norma! Has vuelto tú también, albricias. ¿Estamos todos ya? Bien... "Decíamos ayer..."