
... de la televisión termina para mí, que ya está bien de pringar. Ya tenía claro irme a corto plazo, pero el último evento fue la gota que colmó el vaso. Mensaje al móvil de producción: mañana, a las [muy temprano] en [pueblo perdido] . Punto. Stupendo. Un pueblo muy bonito, pero al que no llega ningún medio de transporte. Da igual, porque la importancia del evento hace que la carretera vaya a estar cortada desde tempranas horas. Y no tengo coche ni soltura para coger uno yo solo. Total, que tengo que levantar a mi padre, que ya madrugó en su vida todo lo que tenía que madrugar, a las [muy muy temprano] para que me lleve hasta allí, que es un paseíto, y se dé la vuelta luego.
Una vez allí, cómo no, hay una chica que ha llegado en coche y que, oh, vive a 3 manzanas de mi casa. Evidentemente, nadie me había dicho "oye, va no sé quién, queda con ella si eso". No. Búscate la vida. Pero una cosa es putearme a mí, y otra muy distinta es que empiece a afectar a mi entorno, así que me acerco a [el jefe] y le presento educadamente mi retirada. Agur.
Ahora al menos tengo tiempo disponible para ensayar -y actualizar más el blog, vale-, que el grupo de folk me ha ascendido a gaitero mayor del reino y hace mucho que no la toco.
Abrazos.