Después del especial Flores de ayer, último de la temporada (snif), donde triunfaron los Peces Gordos con Tato al frente, y los ritmos noruego-brasileños (?) de Olga a la botella de Anís de la Asturiana, parece que vuelve la calma y la normalidad a mi actividad pseudomusical.
Mentira, claro. Tengo 3 conciertos en menos de una semana. ¡¡Yujuuuuuu!!
Mi hermano se larga a Bélgica a la boda de un amiguete; unos coleguillas de mi pandilla se van a Alemania y Amsterdam; Carmelo y Marta preparan su luna de miel (qué término más empalagoso, madre) en Egipto y el Peloponeso...y yo toco mañana en Boal. Menos mal que mi alma viajera tiene imaginación. "Soy señor de senderos estrellados y ciudadano libre de las cumbres.", dijo Arnold Lunn. Aquí en nuestra tierrina, a cuatro pasos, tenemos ambas cosas. Chinchaos los demás.
Ea.
Así que necesito irme muy, muy lejos, ahí a la vuelta de la esquina.
3 comments:
Si supiera usted la necesidad que tengo de emigrar (hoy mi casa ha dejado definitivamente de ser mía, y por un momento entendí a la Woolf y su habitación propia).
Si sirviese con hacer nuestro el término "volar" de los poetas. Pero alguien puso cemento en la planta de mis pies.
O cobardía.
No sé.
Lejos, muy lejos. Mucha razón lleva, señor Cecil.
Tantas veces he sentido esa necesidad en los últimos meses que ya he perdido la cuenta... y otras tantas he valorado algunas cosas (más bien pocas eh? contadas y elegidas)y he decidido quedarme.
Pero la idea sigue ahí... y seguirá, estoy segura.
Un beso chicos, o dos, o tres, o mil.
¡Pues nos vamos todos! ¿Quién dijo miedo?... ¡Ah, que fuí yo!... Seré cobarde...
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