Monday, September 25, 2006

La mala estrella


Me he mirado y remirado buscándolo, me he retorcido ante los espejos para que ninguna pequeña porción de mi cuerpo estuviera libre de mi mirada inquisidora; he examinado concienzudamente cada poro, cada pliegue de la piel, cada lunar de los brazos, por si era muy pequeño; he intentado verlo en las plantas de los pies y me he hecho fotos de la nuca. Todo inútil. Aún no he encontrado el signo de Caín, que, sin ninguna duda, me ha puesto Dios en alguna parte.

Y a pesar de haberme erigido durante años en adalid de la mala suerte, aún queda gente a la que no le importa, a la que incluso le gusta, tenerme cerca. Gracias, Carmelo, Marta. Gran fin de semana, como siempre. Pero es fácil caer y esperar a que alguien nos coja la mano para levantarnos. Yo no funciono así. No puedo ofrecer mi mano cuando estoy en el suelo porque necesito las dos para incorporarme.

Aquí y ahora, en el lugar idóneo: el más lejano al motor de la razón. Porque efectivamente, a veces hay que darle unas patadas a la vida para que no se nos eche encima.

La gripe fue una falsa alarma, aún así no estuve ayer aquí para ver a Jacobo. Por cierto, Norma, ¿sabes si será él el encargado de los talleres de improvisación invernal en Gijón? Así disiparía mi dilema piano/guitarra...

Besos a todos y mucha suerte con vuestra estrella.

4 comments:

Anonymous said...

Habrá más oportunidades porque en vista de los buenos resultados repetirán en breve. Ya me informo y le informo de los talleres (supongo que sí, los de la UP).

Pero a otra cosa: ¿está usted bien? cuando leo entradas así no sabe lo que me apetece tomarme un café con usted, fumarme mil millones de cigarros y hablar de la vida... y no será por la cantidad de veces que lo hicimos, que fue más bien ninguna... el caso es que ya sabe por dónde andamos, virtual y físicamente.

Cuidese, un beso

Norma

Cecil said...

¡No preocuparsus! Sí, estoy bien, es solo que cuando parece que la maquinaria cósmica funciona como debería, pasa algo que te fastidia (por no soltar un exabrupto) el día perfecto y todo tiende de nuevo a este caos que nos envuelve... y como no es la primera vez, empiezo a pensar que obedece a razones por encima de mi entendimiento.

Porque ¿es posible estar tirado en una playa de ensueño sin que aparezca una molesta heridilla en un dedo del pie o haya un mosquito tocando las narices (como poco), o una preocupación jodiendosa revoloteando por la cabeza?

Me halaga y ruboriza su ánimo de compartir café, tabaco y vivencias con mi persona, pero me temo que no podrá ser en el lugar habitual (porque cada día abre más tarde, demonios, y yo habito a 30 kms...). A ver ahora que empieza el curso.

Besos

Anonymous said...

Si le sirve de consuelo, Caín no existió y Dios, si existiera o existiese, no le iba a poner a usted nada, y si lo ha hecho, es que sigue comportándose como un capullo integral. No se apure, Cecil, ni los 666 ni las marcas fraticidas van a alejarnos de usted. He dicho.

Anonymous said...

Está usted mal acostumbrándose a que le llamemos la atención por su no actualización del blog...¡Cecil, Cecil!